Visitas de Entrenadores

lunes, 24 de enero de 2011

Día 12: El Pueblo bajo la Luna

Me desperté cerca de las 11 de la mañana. Me vestí y fui a ver como estaban mia amigos: Pikachu estaba jugando con Eevee y Charmeleon estaba en una conversación con un Growlithe, asi que los llamé y nos fuimos a desayunar.

Salimos del Centro Pokémon cerca de las 12. Ya estábamos cerca del Monte Lunar, así que no hubo ningún problema en guiarnos.
Todo el camino resultó muy traquilo, sin complicaciones como el día anterior. Pero justo cuando estábamos por llegar, descubrimos que hay un pueblo ubicado justo en la base del monte.
Es un pueblo muy pintoresco. Se aprecia el modo en el que los habitantes tratan a los visitantes, de todos lados se veían rostros alegres y de vez en cuando uno que otro entrenador cruzaba el pueblo en busca de provisiones y de un poco de descanso, o solamente pasaba por aquí.
Con no más de 17 casas, un Centro Pokémon y un pequeño mercado, el Pueblo Lunar es un sitio bastante agradable.

Al parecer, según me enteré después, el pueblo se construyó hace apenas unos meses antes porque en
Isla Canela ha habido varios temblores y, varias personas temerosas de que pudieran provocar una erupción, abandonaron la isla y buscaron un sitio donde establecerse, y después de mucho buscar, llegaron a esta zona, donde fue el sitio perfecto para ubicarse, y así creció el pueblo.
Como el pueblo es muy pequeño y se creó tan de repente, no aparece en ningún mapa y como es poco usual que alguien que no sea un entrenador pase por esta zona, poco se sabía de su existencia, aunque dada su cercanía con Ciudad Plateada, se facilita bastante el comercio y la comunicación con los demás.

Por supuesto, antes de adentrarme en el Monte Lunar, me sentí bastante emocionado y me puse a ver el pueblo, el mercado y a hablar un poco con los habitantes (de hecho, hablé bastante y me contaron anécdotas muy interesantes).
Así me enteré de dos problemas bastante importantes: recientemente, una manda de Nidorans acababa de volver de su emigrada anual, y el pueblo se había establecido en su territorio, por lo que cada noche, la manda entera atacaba el pueblo, pero los entrenadores que pasaban o se hospedaban no podían hacer nada al respecto y nadie en el pueblo tenía experiencia en las batallas, lo que me lleva al segundo problema; una chica con buenas habilidades en batallas, fue a solicitar ayuda a Ciudad Celeste, donde había más recursos que en Ciudad Plateada, pero tenía más de 2 semanas que había partido y no había noticias de ella ni de la ciudad.

Sinceramente preocupado, decidí tratar de ayudar a los habitantes en lo que pudiera, así que entre todos mis Pokémon, el señor Diego (un señor muy sabio) y yo, ideamos una pequeña estrategia para combatir a la manda de Nidorans. Después de mucho pensar, por fin ideamos una estrategia, así que nos preparamos y esperamos hasta la noche...

Cerca de las 11:00 p.m, los Nidorans aparecieron... eran alrededor de unos 30 y había varios machos muy feroces, pero a la vez varias hembras muy tímidas, así como algunas crías.
El que parecía ser el líder de la manada avanzó y lanzó un potente gruñido, posiblemente como advertencia, pero mis pokémon y yo ya estábamos preparados, e iniciamos el ataque.

Lucha: Charmeleon, Pikachu e Eevee 
                                                 v.s. Nidoran x30 (aprox.)

Empezamos la estrategia con Charmeleon lanzando su Pantalla de Humo para bloquear su vista, mientras Eevee usaba Ataque de Arena para reducir sus movimientos y Pikachu lanzando su Impactrueno tratando de noquear a la mayor cantidad de Nidorans posible.
Sin embargo, varios de ellos lograron evitar los ataques y empezaron a usar Placaje y Picotazo Venenoso a discresión, por lo que mis pokémon empezaron empezaron a esquivar, pero no era nada sencillo... en ese momento, todos fueron alcanzados por los ataques al no poder esquivarlos todos, y cayeron al suelo, pero sin ningún efecto adicional, por lo que les pedí que se volvieran a levantar.
Todavía quedaban en pie unos 17, así que pasamos a la segunda parte del plan, que era un combate cuerpo a cuerpo, así que Charmleon usó Garra Metálica a diestra y siniestra, mientras Pikachu e Eevee usaban Ata. Rápido en sincronía, derribando así a casi la mitad antes de que los Nidoran contraatacaran con Patada Doble y Ata. Furia, con lo que Charmeleon cayó derribado, mientras Pikachu e Eevee, que son más ágiles, lograron esquivar los ataques y contraatacar con Rapidez y Placaje, con lo que cayeron otros 3, dejándonos así con 6, pero Charmeleon todavía tenía problemas para levantarse, por lo que Pikachu e Eevee tuvieron que encargarse de los demás, aunque no fue sencillo.
Pero por fin, depués de un rato, logramos alzarnos con la victoria depués de derrotar a todos los Nidorans, tanto machos como hembras, o al menos eso creímos. Escuché un par de chllidos detrás de mi, y al voltearme vi a Pikachu e Eevee en el suelo, derrotados por un Nidoran macho, más grande que el resto de los demás y al parecer más fuerte, por lo que deduje que era el líder de la manada.
Muy sorprendido, corrí para recoger a Pikachu y a Eevee la metí en su pokébola, pero el Nidoran me  embistió y caí al suelo, y cuando estaba por taclearme de nuevo Charmeleon se metió en medio y recibió el impacto por mí.
Seriamente preocupado, fuí a revirsarlo, pero antes de llegar a él, ya se había levantado. En ese momento, la flama de su cola empezó a crecer y a arder con mayor energía ¡la habilidad Mar Llamas!
Aprovechando esa energía, le pedí que usara Lanzallamas, que salió a toda potencia, derribando y noqueando al Nidoran de un solo golpe. Con un buen presentimiento, y aunque no lo tenía contemplado, le arrojé una Pokébola al Nidoran para intentar atraparlo, y... ¡FUNCIONÖ!
Emocionado, corrí a recoger la Pokébola y vi al pequeño ser enfurruñado. En ese momento me percaté de que los Nidoran que derrotamos nos miraban con precaución, así que decidí sacar a su líder, para poder ver que ocurriría. Para mi sorpresa, parecía que la manada admitía su derrota.  Pero antes de que se marcharan, les comenté que no tenían porque irse; en el camino entre el Centro Pokémon y el pueblo, había un prado oculto por los árboles que Pikachu encontró al buscar un par de bayas, pero era el sitio perfecto para un grupo de pokémon tan grande, de modo que los acompañamos hasta allí. donde se asentaron de muy buena forma. En cuanto nos volteamos con la intención de retirarnos, el grupo entero se volteó y empezó a gruñir: querían despedirse de su líder, por lo que consentí que lo hiciera. Fue una escena muy conmovedora.
Cuando regresó y me miró, pude ver en sus ojos un brillo, aquel que muestran aquellos con una fuerza de voluntad inquebrantable.

Así pues, regresamos al pueblo, pero ni bien acabábamos de poner un pie dentro cuando de pronto, nos vimos rodeados por un centenar de manos: ¡todos los habitantes nos estaban felicitando y agradeciendo! Con cierto bochorno, estreché manos y recibí palmadas, mientras mis pokémon (incluyendo a Nidoran) eran abrazados y cargados de besos por todos los niños. Se inició una fiesta que duró varias horas, por lo que cuando eran más o menos las 3:30 a.m, caí rendido por el cansancio, pero con una sonrisa en la cara...

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