Visitas de Entrenadores

lunes, 17 de enero de 2011

Día 6: Sucesos Inesperados

Desperté temprano, antes de lo esperado, a causa de una lluvia, pero dormí bien gracias al canto de Jigglypuff y de los demás Pokémon, que me hicieron dormir varias horas. Pikachu seguía dormido y estaba al lado de Charmander, pero éste ya estaba despierto y con unas cuantas Bayas Aranja en sus pies, y en ese momento se estaba comiendo unas cuantas.

Desperté a Pikachu, se puso a desayunar con Charmander y yo, sin comer nada (bueno, una Baya Aranja, pero no me gustó en lo absoluto) nos dirigimos a Ciudad Plateada, que seguramente ya estaba a sólo unas cuantas horas.

El camino fué tranquilo, no hubo contratiempos (excepto por la lluvia) y Charmander se quiso quedar caminando con nosotros, así que nos fué siguiendo a Pikachu y a mí: pero, cuando ya se veía una abertura entre la maleza y se podían sentir los rayos del sol, un chillido nos llamó la atención. Parecía que venía de algún lugar cercano, así que desviamos la vista de la que seguramente era la ciudad, y nos dirigimos al lugar de donde provenían los chillidos, al parecer cada vez más desesperados.

La lluvia caía cada vez con más fuerza, Charmander se debilitaba así que teníamos que darnos prisa. El sonido provenía de un claro, en el cuál pudimos ver claramente lo que pasaba: el Eevee de Steven, al cual habíamos derrotado, estaba siendo atacado por un enjambre de Beedrills. Eran alrededor de unos veinte y no creía que Charmander fuera capaz de detenerlos, y menos con la lluvia que, al parecer cada vez era más fuerte y caían  más truenos, pero aún así trató de doblegarlos con su Lanzallamas, lastimando a unos 3 y a otros 2 con Arañazo. Pero al final no pudo más y se cansó, así que me armé de valor y fuí corriendo a salvar a Eevee, que ya se encontraba muy malherido.

Lo recogí del suelo, y de inmediato el enjambre nos empezó a perseguir; llenos de terror corrimos desesperadamente hasta el lugar en el que habíamos visto la abertura que creía que conducía a la ciudad, pero cuando estábamos a punto de llegar, nos tropezamos con que el enjambre se había dividido y ante nosotros estaban unos 8 Beedrills, y al momento siguiente, el resto del enjambre ya nos había alcanzado: estábamos rodeados.

Regresé a Charmander a su pokébola, temiendo por él y, como Pikachu no soportaba estar ahí encerrado, se quedó conmigo. Eevee estaba inconsciente y no había escapatoria para nosotros, el enjambre se acercaba peligrosamente y entonces sucedió: un rayo cayó sobre Pikachu, y, cargado de energía, lanzó un poderoso ataque de Trueno que cayó justo sobre nosotros y sobre el enjambre, que quedó en el piso unos momentos y luego se alejó derrotado.

Fué una suerte que haya metido a Charmander a la pokébola: el Trueno de Pikachu fué tan poderoso que se hizo daño a sí mismo y aunque Eevee no resultó tan dañado, gracias a que yo lo estaba protegiendo,  estaba muy débil, y necesitaba ayuda de inmediato, así que olvidándome de la corriente de electricidad que recorría mi cuerpo, eché a correr a Ciudad Plateada con rumbo al Centro Pokémon, con Pikachu sobre mi hombro, un poco tambaleante, pero tan preocupado como yo por Eevee.

Afortunadamente, la abertura sí llevaba a Ciudad Plateada, así que llegué en unos 15 minutos al Centro Pokémon. La enfermera Joy se ocupó de inmediato de Eevee, un Chansey me dio un poco de chocolate y a Pikachu un poco de agua, y nos sentamos a esperar alguna información del Eevee.

Pasaron las horas; tenía un hambre voraz, pero no lo sentía: era más mi preocupación por el pobre Eevee que otra cosa; Pikachu estaba despierto, distrayéndose mirando a Chansey atender a un Rattata cuándo por fin, la enfermera Joy llegó con Eevee, ya completamente recuperada (es hembra, según supe en ese momento) y con una sonrisa de oreja a oreja.

Le pregunté cómo se sentía, y, yo no sabía qué era lo que pensaba cuando, de repente, hizo una inclinación con la cabeza y se se me lanzó a los brazos con fuerza, al parecer muy tranquila y feliz; la enfermera Joy se empezó a reír mucho y yo le pregunté por qué, y ella me dijo que, al parecer, Eevee había elegido a su nuevo entrenador: yo.

Hagan de cuenta que se me caía el alma a los pies; no lo podía creer: Eevee, como parte de mi equipo. Entonces, recobrando la compostura, le pregunté a Eevee que, si esa era la situación, me hacía el honor de querer acompañarnos en nuestro viaje, a lo cual respondió afirmativamente.
En ese momento lancé la pokébola e Eevee entró sin miramientos, dejándose capturar y al momento siguiente, yo ya tenía la pokébola en mis manos, con la nueva integrante abordo.

Esa noche, después de comer unos huevos con tocino en el Centro Pokémon, pedí una habitación y me fuí a acostar, pero ninguno de los 4 podía dormir: presenté formalmente a Eevee a Charmander y le dije que ya era miembro del equipo, a lo cual el reaccionó encantado. Pikachu se veía diferente, había cambiado de carácter y parecía que ya se sentía más seguro; Eevee y Charmander se correteaban mutuamente y Pikachu se les unió un rato después, con lo cual pude comprobar que al menos no había perdido lo amable y juguetón.
Pero luego decidí que había que dormirnos, porque luego enfrentaríamos a Brock, Líder del Gimnasio de Ciudad Plateada.

Así que, Charmander regresó a su pokébola, Pikachu se acurrucó en una de las almohadas e Eevee prefirió quedarse fuera de la pokébola, haciéndonos compañía en la noche, se acomodó en la alfombra y los 3 dormimos esa noche, recordando lo acontecido en el día...

Mapa de Kanto

Mapa de Kanto
Mapa que muestra la ruta que he de seguir en esta región.